Luis Puchades
Vicepresidente de AEBIG
La paradoja de una fuerza imparable contra un objeto inamovible. Estamos ante un año bastante especial, desafortunadamente. Sin embargo, en toda Europa los gases renovables se consolidan como una de las energías del futuro, clave para la sostenibilidad ambiental y energética de nuestra sociedad. El biometano es una realidad, con centenares de referencias nuevas cada año, y el hidrógeno comienza a despuntar como uno de los protagonistas del futuro. Por otro lado, la comisión europea, en palabras de su comisaria Úrsula Von der Leyen, pasa por una reconstrucción de la economía a través de una Agenda Verde.
En España, influenciados por esta realidad tecnológica europea, y por la previsible entrada de fondos asociados a la “reconstrucción verde”, se están desarrollando decenas de proyectos de gases renovables. La práctica totalidad de plantas de biogás agroindustrial, vertederos, grandes EDAR y plantas de residuos están desarrollando sus proyectos de gases renovables; dinamizados por empresas de servicios, consultorías y empresas especialistas en biogás y por los propietarios de las redes de distribución de gas natural. Se ven todo tipo de iniciativas: inyección a red, gasoductos virtuales, gas vehicular, etc.
Puede afirmarse que jamás ha visto nuestro sector una coordinación de esfuerzos y armonía de intereses como la que se produce en la actualidad entre los distintos agentes interesados en que el gas renovable tenga algo que decir en España. Parece una fuerza irresistible.
Pero la realidad normativa actual se asemeja más a un objeto inamovible. Se han publicado borradores de ayudas pero a fecha de hoy no están operativos, los principales proyectos que hay en España son (a excepción de Valdemingómez) plantas piloto, no hay un sistema de Garantías de Origen definido, no se ha clarificado la situación de la directiva del transporte (RedII) ni ningún sistema de incentivos a la inyección de biometano operativo, a diferencia de la práctica totalidad de nuestros asociados europeos. Realmente la mayor parte de desarrollos actuales se basan en una asunción de lo que ha de venir, no en lo que hay actualmente.